Damon Albarn, que se dejó querer por la voraz prensa en los años del brit-pop, no tuvo un pelotazo como el Wonderwall, aunque su Parklife lo parezca. Su carrera fue una sucesiòn de trabajos sólidos, con más de diez canciones para recordar. Y como los muy grandes tiene cuerda para reinventarse manteniendo su personalidad. Gorillaz, The God, The Bad & The Queen, en solitario, uniendo a Blur para una nueva gira, firmando discos propios o produciendo lo que le guste.
The Good, The Bad & The Queen parecían ser un grupo de un solo disco, el de 2007. Tony Allen, bateria de Fela Kuti, Paul Simonon bajista de los Clash, y Simon Tong guitarrista de The Verve y ocasional sustituto de Coxon en alguna gira de Blur se juntaron con Albarn para dar forma al Londres victoriano, reflejado también en las pinturas de Simonon. Les quedó un disco oscuro y atrayente, pero demasiado largo. De la portada de aquel trabajo entre granate y gris se expandía una atmósfera dickensiana. Un sonido propio en torno a Simonon y Albarn, los factores intelectuales del proyecto. El de Gorillaz tiene una idea fija, ser tan narrador de lo inglés como su admirado Ray Davies, colocar estampas british en el pop. Lo hizo con el Parklife, con los cínicos Gorillaz y finalmente se inventó TGTB&TQ para hacer exclusivamente eso. Cuando ha querido hacer otra colección de polaroids sobre el momento inglés ha sido este, con ocasión y por consecuencia del Brexit, una mirada amarga a los que votaron sí y esperanzada para los remainers entre los que se encuentra. Y para cerrarlo, Simonon puso la producción en manos de otro british ilustre y veterano, Tony Visconti, el culpable de Cream y los mejores años de Bowie. Dentro va esta bluriana Ribbons donde Albarn va enumerando los diferentes colores de los lazos y las flores; «I am the Maypole/ Dancing with the sun/ I wear my ribbons white and red/ I am the morning/ Flowers in my hair… I am the last king/ Standing on the hill/ I wear my ribbons white, red, and green/ I am the visions/ The night before the fair.» Música del siglo XXI.