Acabo de oir en la sensacionalista televisión una noticia sobre 20.000 ingleses celebrando una fiesta de disfraces en Benidorm sin mascarilla. El presentador, que también defendía a los que no se quieren vacunar, se echaba las manos a la cabeza. Pero las imágenes eran de un montón de ingleses disfrazados, borrachos y de buen rollo, llenando los bares y haciendo gasto. No me meto en la ética de la pandemia que eso es muy pesado pero los que me vinieron a la cabeza viendo las imágenes no fueron los virus, sino los mismísimos Madness con todo su rollo british.
A tomar por saco las posiciones ideológicas, los Brexits y demás historias. Los Madness fueron unos enormes fabricantes de videos y de singles durante los 80. Evolucionaron de las versiones fieles de Prince Buster a las melodías pop de Yesterday´s Man. Y aunque sus discos enteros eran un poco cansinos sus recopilaciones de singles son puras joyas. Este tema está en el volumen uno y formaba parte de Absolutely un disco menor que acababa con este divertimento turístico de Mike Bardon con un piano de bar. Y son los más británicos de los grupos que conozco, mucho más que los Smiths, más auténticos. Para hacer el video decidieron juntarse en un bar del noroeste de Londres a sentarse los siete y tomarse un desayuno para mezclarlo con una cena de alto copete y acabar los siete saliendo del mismo bar donde entraron antes. Y como en todos los suyos cuatro tomas de ellos haciendo el chorra y un buen montaje. El único tema instrumental de ese disco y la primera colaboración en la composición de Daniel Woodgate, el batería. Las Palmas? No, el Venus.
